viernes, 20 de junio de 2025

Los viernes, al cine: Estrenos de la semana

 





    











                                                  Juliette en Primavera                                      The last showgirl


                                  

Estimados lectores de El Macondo de Gabo,

Aquí tienen, esta semana les propongo dos propuestas distintas pero igualmente emotivas que nos invitan a entrar en la intimidad familiar y en la memoria visceral del espectáculo: Juliette au printemps (Francia, 2024) y The Last Showgirl (EEUU, 2024).

Juliette, interpretada por Izïa Higelin, ilustradora infantil, regresa a su pueblo natal para pasar el fin de semana y distancia del ritmo parisino. Lo que imagina será un retiro sereno se trastoca cuando se enfrenta a su padre melancólico, su madre sensible al mundo New Age, una hermana a la deriva y una abuela frágil. Sus recuerdos empiezan a filtrarse como agua por las rendijas del tiempo.

La oda de Blandine Lenoir se mueve entre la comedia ligera y el drama profundo con elegancia, y lo hace sin estridencias: aquí no hay estallidos, solo esas pequeñas grietas que afloran en un silencio compartido, una risa nerviosa o una mirada ausente. Izïa Higelin da vida a Juliette con ternura y nervio, sostenida por un reparto que nunca necesita anunciar su presencia —Noémie Lvovsky o Jean‑Pierre Darroussin lo demuestran en cada gesto. Es una película para ver con el corazón abierto: estar en familia lleva al cine su sentido más universal.

The Last Showgirl es la historia de Shelly Gardner (Pamela Anderson, estrella de un cabaret de Las Vegas durante casi cuatro décadas. Ahora, con cincuenta y siete años, el espectáculo cierra y ella se enfrenta a un futuro incierto, una hija distante (Billie Lourd) y la sensación de que su propio brillo ha caducado

En la dirección Gia Coppola, quien propone una película contenida, casi ritual, que desconstruye el arquetipo de la vedette. Aquí, la música no es instrumental: es un sonido testimonial del paso del tiempo. Y en ese testimonio, nada resuena tanto como la voz de Pamela Anderson, rota, esperanzada y auténtica. Encarnar a una figura pública que se reivindica sin estridencias ni maquillaje, aceptando sus cicatrices con dignidad, es un acto casi político. La banda sonora de Andrew Hyatt imprime una nostalgia suave, de esas que se cuelan por la memoria como notas de un piano viejo.

Ambas películas —tan diferentes— comparten un escénico terreno común: un retrato íntimo donde cada plano pide humanidad, atención y corazón. Porque el cine verdadero nunca habla solo; susurra, teje memoria y justicia emocional… y te reclama allí, entre las butacas.

Nos citamos en esta página el viernes que viene, para seguir dejándonos cruzar por nuevas historias. ¡Disfruten del cine!

                                                                                               El Sr. Director de El cine de Macondo

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