Blindado La trama fenicia
Estimados lectores de El Macondo de Gabo,
Esta semana, el cine nos propone dos formas de encierro: una que asfixia y otra que libera. Locked, de David Yarovesky, es un thriller tenso que se apoya en la mirada cada vez más fantasmal de Anthony Hopkins; mientras que The Phoenician Scheme, la nueva rareza elegante de Wes Anderson, nos lleva al encierro más delicioso: el del artificio narrativo. Y esta vez, con música de Alexandre Desplat, ese orfebre de partituras que convierte cualquier historia en una sinfonía emocional.
En Loscked, el director David Yarovesky no presenta a Eddie Barrish (Bill Skarsgård), un ladrón de poca monta que, agobiado por problemas económicos y personales, busca desesperadamente una solución rápida. Al encontrar una lujosa SUV Dolus aparentemente desatendida, decide entrar con la esperanza de hallar algo de valor. Sin embargo, al intentar salir, descubre que ha quedado atrapado dentro del vehículo, que ha sido modificado con tecnología avanzada para convertirse en una celda móvil.
El propietario del coche, William Larsen (Anthony Hopkins), un médico adinerado con un pasado trágico, se comunica con Eddie a través del sistema de sonido del vehículo. William revela que ha diseñado el Dolus como una trampa para delincuentes, con el fin de impartir su propia forma de justicia. A lo largo de la película, Eddie es sometido a diversas torturas psicológicas y físicas, incluyendo descargas eléctricas, temperaturas extremas y manipulación emocional.
A medida que avanza la historia, se desvelan las motivaciones de William y el pasado de Eddie, llevando a un enfrentamiento final que pone a prueba los límites de la resistencia humana y la moralidad.
Wes Anderson es un arquitecto de cajas chinas. Cada película suya es una maqueta viva, una fábula que juega a parecer liviana mientras esconde abismos bajo el color pastel. En The Phoenician Scheme, Anderson se lanza a una trama de espionaje en el Mediterráneo, llena de dobles, maletines, pasadizos y un complot que parece escrito por un Graham Greene con síndrome de Peter Pan.
Y ahí están Benicio del Toro, Tom Hanks, Bryan Cranston, Scarlett Johansson.. Pero hay algo más: la música. Alexandre Desplat, habitual colaborador del director, firma aquí una de sus partituras más juguetonas y melancólicas, combinando cuerdas vibrantes con ecos de chanson francesa y ritmos orientales que refuerzan el sabor exótico de esta comedia de enredos.
Puede que uno entre al cine buscando algo distinto, y que Anderson parezca siempre el mismo. Pero basta detenerse en un plano, en una inflexión, en un arpegio de Desplat, para notar que bajo esa simetría hay emoción. Y de la buena.
Dos películas, dos jaulas muy distintas. Una que se cierra desde dentro, otra que se abre como un teatro de papel. Locked y The Phoenician Scheme nos recuerdan que el encierro también puede ser belleza… o advertencia.
Hasta la semana próxima, donde volveremos a observar por la mirilla del cine. ¡Disfruten del cine!
El Sr. Director de El cine de Macondo