viernes, 30 de mayo de 2025

Los viernes, al cine: Estrenos de la semana

    

                  Blindado                                                     La trama fenicia


                                                       

Estimados lectores de El Macondo de Gabo,

Esta semana, el cine nos propone dos formas de encierro: una que asfixia y otra que libera. Locked, de David Yarovesky, es un thriller tenso que se apoya en la mirada cada vez más fantasmal de Anthony Hopkins; mientras que The Phoenician Scheme, la nueva rareza elegante de Wes Anderson, nos lleva al encierro más delicioso: el del artificio narrativo. Y esta vez, con música de Alexandre Desplat, ese orfebre de partituras que convierte cualquier historia en una sinfonía emocional.

En Loscked, el director David Yarovesky no presenta a Eddie Barrish (Bill Skarsgård), un ladrón de poca monta que, agobiado por problemas económicos y personales, busca desesperadamente una solución rápida. Al encontrar una lujosa SUV Dolus aparentemente desatendida, decide entrar con la esperanza de hallar algo de valor. Sin embargo, al intentar salir, descubre que ha quedado atrapado dentro del vehículo, que ha sido modificado con tecnología avanzada para convertirse en una celda móvil.

El propietario del coche, William Larsen (Anthony Hopkins), un médico adinerado con un pasado trágico, se comunica con Eddie a través del sistema de sonido del vehículo. William revela que ha diseñado el Dolus como una trampa para delincuentes, con el fin de impartir su propia forma de justicia. A lo largo de la película, Eddie es sometido a diversas torturas psicológicas y físicas, incluyendo descargas eléctricas, temperaturas extremas y manipulación emocional.

A medida que avanza la historia, se desvelan las motivaciones de William y el pasado de Eddie, llevando a un enfrentamiento final que pone a prueba los límites de la resistencia humana y la moralidad.

Wes Anderson es un arquitecto de cajas chinas. Cada película suya es una maqueta viva, una fábula que juega a parecer liviana mientras esconde abismos bajo el color pastel. En The Phoenician Scheme, Anderson se lanza a una trama de espionaje en el Mediterráneo, llena de dobles, maletines, pasadizos y un complot que parece escrito por un Graham Greene con síndrome de Peter Pan.

Y ahí están Benicio del Toro, Tom Hanks, Bryan Cranston, Scarlett Johansson.. Pero hay algo más: la música. Alexandre Desplat, habitual colaborador del director, firma aquí una de sus partituras más juguetonas y melancólicas, combinando cuerdas vibrantes con ecos de chanson francesa y ritmos orientales que refuerzan el sabor exótico de esta comedia de enredos.

Puede que uno entre al cine buscando algo distinto, y que Anderson parezca siempre el mismo. Pero basta detenerse en un plano, en una inflexión, en un arpegio de Desplat, para notar que bajo esa simetría hay emoción. Y de la buena.

Dos películas, dos jaulas muy distintas. Una que se cierra desde dentro, otra que se abre como un teatro de papel. Locked y The Phoenician Scheme nos recuerdan que el encierro también puede ser belleza… o advertencia.

Hasta la semana próxima, donde volveremos a observar por la mirilla del cine. ¡Disfruten del cine!

                                                                                                    El Sr. Director de El cine de Macondo







viernes, 23 de mayo de 2025

Los viernes, al cine: Estrenos de la semana

     

     Misión imposible: Sentencia final                  Una función inesperada


                                       

Estimados lectores de El Macondo de Gabo,

Hay semanas en las que el cine nos lanza al vértigo y otras en las que nos obliga a mirar hacia dentro. Esta  semana, la   cartelera  nos  propone   ambas  cosas  a  la  vez: Mission: Impossible – The Final Reckoning nos arrastra al  límite físico de  la acción, mientras que Ezra nos ofrece un refugio cálido en mitad del ruido, con un nombre que en este blog es palabra mayor: Robert De Niro.

Mission: Impossible – The Final Reckoning

A estas alturas, ver a Ethan Hunt saltar desde una montaña, esquivar trenes o jugarse la vida en una persecución sobre hielo ya no sorprende. Lo que sí sigue sorprendiendo es la fe de Tom Cruise en el cine como experiencia física. Esta entrega, que se presenta como la culminación de la saga, tiene momentos de gran eficacia, aunque también acusa un desgaste en su ambición narrativa.

La trama se vuelve innecesariamente espesa, pero McQuarrie sabe construir escenas como quien monta relojería suiza. Hay una secuencia en un submarino que quedará entre lo mejor de la saga. Y sí: cuando uno ve a Cruise lanzarse sin dobles ni trucos digitales evidentes, hay algo admirable en esa obstinación casi suicida por dar espectáculo. El cine industrial, aquí, encuentra todavía razones para seguir respirando.

Ezra (Una función inesperada)

Y luego está De Niro.

No el De Niro de Taxi Driver, ni el de Toro salvaje, ni siquiera el De Niro que mira por encima de unas gafas en El irlandés. Este es otro: el abuelo, el hombre que ha vivido, el que ha aprendido —quizás demasiado tarde— a hablar con ternura.

Una función inesperada no es una gran película. Su historia sobre un padre que secuestra a su hijo autista para evitar que lo internen en una institución es algo previsible. Pero ahí está De Niro, como una roca emocional en medio de una carretera americana. No roba la escena. La sostiene. Cada mirada suya parece contener un archivo entero de experiencias. Hay un momento en que le habla a su nieto con una mezcla de fragilidad y humor que sólo él podría conjugar. Y entonces uno entiende por qué seguimos yendo al cine: para ver qué más puede decirnos un actor que lleva cinco décadas diciéndolo todo.

Hasta la próxima, queridos lectores. Que el cine siga siendo esa brújula que no apunta al norte, sino al corazón. ¡Disfruten del cine!

                                                                                                      El Sr. Director de El cine de Macondo


viernes, 16 de mayo de 2025

Los viernes, al cine: Estrenos de la semana

 

    Ernest Cole: Lost & Found                 Destino final: Lazos de sangre




Estimados lectores de El Macondo de Gabo,

Esta semana les traigo dos películas, dos miradas distintas pero complementarias sobre la condición humana: una desde la ficción que juega con el destino y la muerte, y otra desde la realidad que denuncia la opresión y celebra la resistencia. Ambas merecen ser vistas y discutidas, pues nos recuerdan que el séptimo arte sigue siendo un espejo de nuestras inquietudes y esperanzas.

Quince años después de su última entrega, la saga Destino Final regresa con Lazos de Sangre, dirigida por Zach Lipovsky y Adam B. Stein. La historia se centra en Stefani Reyes, una estudiante universitaria que comienza a tener pesadillas sobre una tragedia ocurrida en 1968, cuando su abuela Iris evitó una catástrofe gracias a una premonición. Este acto desafió el orden natural, y ahora la muerte busca corregir el curso, persiguiendo a los descendientes de aquellos que debieron perecer.

La película mantiene la esencia de la franquicia: muertes elaboradas y creativas que combinan terror con un toque de humor negro. Destacan las escenas de accidentes provocados por objetos cotidianos, como una batidora o un ventilador de techo, que se convierten en instrumentos letales. La dirección aprovecha estos momentos para jugar con la tensión y el suspense, manteniendo al espectador en vilo.

Uno de los aspectos más emotivos es la aparición final de Tony Todd como William Bludworth, el enigmático forense que ha sido un hilo conductor en la saga. Su presencia aporta una sensación de cierre y homenaje a un personaje icónico del cine de terror.

Lazos de Sangre no reinventa la fórmula, pero ofrece una experiencia entretenida y fiel a sus raíces, ideal para los aficionados al género que buscan emociones intensas y un toque de nostalgia.

Raoul Peck  dirige el documental Ernest Cole: Lost & Found que nos sumerge en la vida y obra de Ernest Cole, el primer fotógrafo negro sudafricano en exponer internacionalmente los horrores del apartheid con su libro House of Bondage (1967). La película combina narración poética, imágenes impactantes y documentos históricos para reconstruir la trayectoria de Cole, marcada por el exilio, la marginación y el trauma del racismo.

Narrado por el actor LaKeith Stanfield, quien da voz a Cole a través de sus escritos y diarios, el documental ofrece una perspectiva íntima y conmovedora. La recuperación en 2017 de más de 60.000 negativos en una caja fuerte sueca añade una dimensión de redescubrimiento y homenaje póstumo a un artista cuya obra estuvo perdida durante décadas.

Peck, conocido por su compromiso con temas sociales y raciales, traza paralelismos entre la lucha de Cole y otras figuras como Nelson Mandela y Steve Biko, destacando la importancia de recordar e interpretar críticamente pasados dolorosos en tiempos actuales marcados por discursos racistas.

Ernest Cole: Lost and Found es una obra poderosa que invita a la reflexión sobre la injusticia y el poder del arte como herramienta de denuncia y transformación social.

Hasta la próxima entrega, donde seguiremos explorando las historias que el cine tiene para ofrecernos. ¡Disfruten del cine!

                                                                                                      El Sr. Director de El cine de Macondo








viernes, 9 de mayo de 2025

Los viernes, al cine: Estrenos de la semana

        

               Una quinta portuguesa                                      Tierras perdidas


                                                              

Estimados lectores de El Macondo de Gabo,

Con "Una quinta portuguesa" la directora Avelina Prat nos presenta una obra de madurez que se aleja del realismo social para adentrarse en un terreno más simbólico y literario. La historia sigue a Fernando, un profesor de geografía devastado por la desaparición de su esposa, quien asume una nueva identidad como jardinero en una finca portuguesa. Allí, entabla una relación inesperada con Amalia, la dueña de la quinta, interpretada por María de Medeiros.

La película se estructura en tres bloques narrativos, marcados por elipsis temporales que reflejan la transformación de los personajes. La dirección de Prat es sutil y precisa, y la fotografía de Santiago Racaj captura la belleza serena del entorno. Las interpretaciones de Manolo Solo y María de Medeiros son contenidas pero profundamente emotivas, transmitiendo la complejidad de sus personajes con gestos mínimos.

"Una quinta portuguesa" es una reflexión sobre la identidad, la pérdida y la posibilidad de renacer en un entorno ajeno. Es una película que invita a la introspección y que se disfruta mejor con una mirada atenta y pausada.

Basada en un relato de George R. R. Martin, "Tierras perdidas" nos sumerge en un mundo fantástico donde una reina envía a la bruja Gray Alys (Milla Jovovich) a buscar un poder mágico que le permita transformarse en hombre lobo. Acompañada por el cazador Boyce (Dave Bautista), Gray Alys enfrenta criaturas oscuras y desafíos en un paisaje peligroso.

La película apuesta por una estética de wéstern punk, con un ritmo acelerado y un despliegue de efectos especiales. Sin embargo, la crítica ha sido desfavorable, señalando que, a pesar de su ambición visual, la narrativa carece de profundidad y coherencia. Se ha descrito como un "Shakespeare de andar por casa", donde la acción y el CGI no logran compensar las deficiencias del guion.

"Tierras perdidas" puede resultar atractiva para los aficionados al cine de acción y fantasía, pero aquellos que buscan una historia bien construida y personajes complejos podrían sentirse decepcionados.

Esta semana, el cine nos ofrece un abanico de emociones y reflexiones. Desde la introspección serena de "Una quinta portuguesa" hasta la fantasía desbordante de "Tierras perdidas"Como siempre, les animo a explorar estas historias y dejarse llevar por el poder del séptimo arte. ¡Disfruten del cine!

                                                                                                     El Sr. Director de El cine de Macondo